Cómo empezó todo
En 2021 tomé una decisión que cambió mi vida. Dejé mi trabajo, a mi familia y a mis amigos en Francia para viajar a Perú y reencontrarme con la familia de mi padre, a quienes apenas conocía. En ese momento, apenas hablaba español, tenía pocos ahorros y llegaba a un país que ya me encantaba… pero en el que todo me resultaba ajeno. La administración, la cultura, el idioma: todo era un reto. Fue una etapa muy difícil. Conocí el aislamiento, la incomprensión y, a veces, incluso la desesperación.
Pero no me rendí.
Poco a poco, fui aprendiendo. Encontré dentro de mí una fuerza que había olvidado. Y comencé a enseñar francés en una escuela. Como cualquier principiante, cometí muchos errores al principio. Pero con esfuerzo, autocrítica y pasión, fui mejorando. Aprendí lo que realmente significa transmitir. Vi a mis alumnos avanzar, lograr sus objetivos y ganar confianza.
Hoy, después de más de tres años de experiencia, sé que soy un profesor competente, atento y respetado. He vivido en carne propia las dificultades de aprender un idioma como adulto. Sé lo que es dudar, estancarse, sentirse perdido. Y también sé que, con una buena estructura, una metodología clara y un acompañamiento humano, cualquiera puede aprender una lengua y alcanzar sus metas.
Eso es lo que quiero ofrecer con Atlas.


Atlas no es solo un nombre
Atlas, el gigante que carga el mundo. Elegí este nombre porque representa lo que deseo para mí. Para ustedes.
Debemos ser nosotros quienes llevemos este mundo sobre los hombros, porque si no lo hacemos… ¿quién lo hará?
Nos toca a nosotros actuar, superarnos, alcanzar nuestras metas.
Detrás de este nombre está el deseo de lograrlo juntos. De abrirles oportunidades en el mundo francófono.
De ayudarles a convertirse en una mejor versión de ustedes mismos.
De hacer que se sientan orgullosos de lo que han logrado.
Algunos pensarán que exagero, que me creo demasiado, que “al final, solo son clases de francés”.
No. No es solo eso.
Es cumplir con tu palabra y cumplir todos los días.
Es hacer lo que te prometiste a ti mismo desde hace tiempo.
Es demostrarte que sí eres capaz de lograr algo.
Es recordarte que sí, vales la pena.